Las obras de la exposición operan a través de sus códigos, canalizando energía y dando forma a mensajes específicos. No son simplemente objetos visuales estáticos, sino entidades dinámicas que invitan a los espectadores a un viaje introspectivo. Los códigos visuales funcionan como “softwares”, programando energía que crea un lenguaje y mensajes únicos.
Las leyes lingüísticas de este lenguaje desempeñan un papel clave en esta investigación, ya que nuestros patrones de habla, símbolos y elementos visuales forman una red compleja de significados y radiaciones que moldean nuestra experiencia diaria. A través del proceso artístico, exploro cómo la energía y la comunicación coexisten y se manifiestan en diferentes aspectos de la percepción humana, permitiendo una comprensión más profunda de la conexión entre energía, conciencia y realidad material.